SANTO DOMINGO. El coronavirus representó grandes retos para los dominicanos. Ya son más de 20,000 casos confirmados y 550 personas fallecidas desde su llegada al país, y no solo ha transformado la rutina de las personas, sino también pérdidas económicas en el sector empresarial y un reto enorme para los que vieron su empleo afectado.
Este es el caso del contador público autorizado Carlos Vanderhorst, quien fue suspendido por 90 días por la empresa para la que laboraba. En medio de las dudas, sobre si regresaría a su antiguo empleo, transformó una idea de una conversación en una nueva propuesta de negocio.
“En principio era una conversación entre mi hija y yo. Viendo los cambios que ha provocado el Covid-19 en la cotidianidad, le decía que en los actuales momentos podíamos preparar alimentos, entregarlos a las familias en sus hogares y a su vez compartir esos pequeños momentos”, expresó Vanderhorst, el chef y creador de Vanderbowl.
En medio de la adversidad que conlleva la pandemia, nace el proyecto de una tradición heredada e inspirada por los padres de Vanderhorst, quienes le enseñaron la importancia de la gastronomía criolla y, a través de la práctica, el chef empírico forjó sus más grandes virtudes culinarias.
Pasteles en hojas de plátano y de yuca rellenos de pollo, res y vegetales; Egg rolls de pollo y vegetales; croquetas de pollo y berenjena; quipes y empanada, de todo tipo, son algunas de las propuestas que este emprendedor ofrece a sus consumidores.
De igual manera se encuentran las catibias, pastelitos, bolitas de queso y bollitos de yuca; además de una variedad de carnes asadas y mofongos gourmet.
Son alimentos preparados bajo protocolos estrictos de higiene y limpieza y un empaque con cerrado al vacío que permite mantenerlos libres de cualquier contaminación, los encargos son transportados a la comodidad de los hogares de los compradores.