República Dominicana
Mayo Clinic ha desarrollado su primer prototipo de piel humana bioimpresa para modelar enfermedades inflamatorias.
Se trata de la bioimpresión tridimensional, una tecnología que mezcla biotintas con células vivas para imprimir estructuras similares a los tejidos naturales en tres dimensiones.
Esta nueva tecnología proporciona el modelo de piel más parecido al del ser humano para estudiar afecciones inflamatorias, como la dermatitis atópica, más comúnmente conocida como eccema, un malestar cutáneo crónico que provoca sequedad, picazón e irritaciones en la piel.
El procedimiento de bioimpresión tridimensional de la piel, sus aplicaciones y limitaciones se describen en un artículo de revisión publicado en la revista Regenerative Biomaterials.
«La bioimpresión tridimensional es un campo emergente en la ingeniería de tejidos y la medicina regenerativa que tiene la posibilidad de transformar la práctica clínica y de laboratorio. En este artículo, analizamos el proceso de bioimpresión tridimensional de la piel, incluidas la selección de células, la selección de matrices de soporte y las ventajas y los inconvenientes de determinadas biotintas cutáneas», explica la doctora Saranya Wyles, dermatóloga y autora principal del artículo.
Una enfermedad con pocas opciones
El eccema es una afección dolorosa que provoca sequedad y picazón en la piel, lo que puede desencadenar una respuesta inmunitaria y causar a su vez inflamación de la piel.
Esta erupción puede debilitar la capacidad de la piel para retener la humedad y protegerse frente a infecciones bacterianas, víricas o fúngicas.
Las personas con esta enfermedad suelen correr el riesgo de tener asma y alergias a los alimentos. Los pocos tratamientos que existen pueden aliviar los síntomas, pero no son una cura.
La falta de modelos preclínicos que simulen con exactitud la enfermedad humana ha limitado la investigación para comprender mejor el eccema y desarrollar nuevos tratamientos para esta afección.
«En este punto es donde la bioimpresión tridimensional aporta nuevas opciones. Puede crear equivalentes humanos más fieles y representativos de la enfermedad, a diferencia de los modelos animales con los que hemos trabajado en el pasado», afirma la doctora Wyles.
«Se pueden obtener modelos (mediante la bioimpresión) de enfermedades inflamatorias de la piel y enfermedades poco comunes para comprender mejor la patología subyacente y el estudio de los medicamentos y saber cómo podrían afectar al paciente».
La investigación de la doctora Wyles cuenta con el apoyo del Centro de Bioterapias Regenerativas de Mayo Clinic y la financiación de la Skoll Foundation. Su trabajo contribuye al objetivo del centro de ofrecer nuevos tratamientos celulares para afecciones complejas con pocas opciones terapéuticas.
Bioimprimir un órgano complejo
La piel es el órgano más grande del cuerpo y se regenera todos los meses. El modelo de bioimpresión tridimensional pretende reproducir la complejidad de las capas de la piel, pero aún no ha incorporado las glándulas sudoríparas, los vasos sanguíneos, los folículos cutáneos ni los nervios que se encuentran en el tejido humano nativo.
«La bioimpresora tridimensional utiliza células humanas como tintas denominadas biotintas, que funcionan de forma similar a la tinta del cartucho de una impresora. Podemos imprimir la piel a partir de células de pacientes con dermatitis atópica o eccema», afirma Wyles.