EFE.- La gastronomía, ese arte de combinar productos, historias y tradiciones, adereza cada vez con mayor ahínco las relaciones entre Europa y América, dos continentes que se descubren mutuamente a través de sus sabores y que rescatan tradiciones con interpretaciones modernas de platos típicos.
El sincretismo gastronómico entre los dos continentes ha sazonado historias como la de la chef Carolina Sánchez, la primera cocinera ecuatoriana en conseguir una estrella Michelin en el restaurante Ikaro (norte de España), en el que le hace un guiño a las tradiciones ecuatorianas en platos de alta cocina internacional.
De 34 años, Sánchez opina que el “desconocimiento” casa adentro es una de las dificultades que afronta la gastronomía en Latinoamérica.
En Ecuador solía mirarse “a lo internacional como lo mejor, en vez de fijarnos en lo que tenemos aquí”, dijo este miércoles a Efe en el marco del encuentro gastronómico, turístico, cultural y académico “Latitud cero”, organizado por la Universidad de las Américas (UDLA) y Espai-Epicur.
Máster en gastronomía en España, Sánchez cree que en Europa solían fijarse “en ellos mismos” y era “un poco difícil que vean otras culturas”, una realidad que está cambiando pues ahora “se están interesando un poco más”.
“La cocina peruana ha abierto unas puertas muy grandes a la cocina latinoamericana y con esto también se les ha despertado a ellos (europeos) estas ganas de conocer sobre otras culturas”, comentó la chef.
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