Pasados los excesos navideños, llegan los propósitos de mejora y uno de los objetivos más comunes es hacer ejercicio.
En muchas ocasiones, esa vuelta a la actividad física sucede después de muchos años de sedentarismo o tras varios intentos fallidos.
Y los datos sugieren que una gran mayoría de la población se encuentra en esa situación.
Una revisión de estudios publicada recientemente por investigadores de la Universidad Pública de Navarra, en el British Journal of Sports Medicine, en la que se analizaban datos de 32 países y más de tres millones de personas, mostraba que solo una de cada cinco personas cumplía con las recomendaciones de ejercicio semanal de la Organización Mundial de la Salud.
Uno de los autores del estudio, el director del Departamento de Ciencias de la Salud de la UPNA, Mikel Izquierdo, señala que este dato “indica el enorme espacio que hay para la mejora”.
“Si cada persona hiciese esos 150 minutos de ejercicio semanal, que es algo que puede ser andar en bici o caminar rápido, a un ritmo que nos impide mantener una conversación, los beneficios para la salud serían enormes”, apunta.
Otro trabajo publicado el pasado mes de noviembre, mostraba que incluso con una cantidad de ejercicio menor ya se pueden ver los resultados en cuanto a la reducción del riesgo de muerte prematura.
“El error más común cuando se plantean estos propósitos es empezar demasiado rápido. Eso después se convierte en tendinitis y otros problemas y se paga. Hay que darle tiempo, calentar bien, soltar las articulaciones poco a poco y cuando empieces, si ves que te cansas mucho, para”, apunta Juan Ramón García, médico de atención primaria.
Fuente: El País