Europa Press Madrid, España
En los adultos mayores, retrasar el horario de las comidas —especialmente el desayuno— podría estar relacionado con un mayor riesgo de mortalidad, según un nuevo estudio del Massachusetts General Brigham (Estados Unidos), que destaca cómo estos cambios de hábito, comunes con el envejecimiento, podrían servir como señales tempranas de deterioro en la salud física o mental.
Publicado en la revista científica Communications Medicine, el estudio reveló que las personas que desayunan más tarde tienen una tasa de supervivencia a diez años menor (86.7%) comparada con aquellas que lo hacen más temprano (89.5%).
“Nuestra investigación sugiere que los cambios en el horario de las comidas de los adultos mayores, especialmente el desayuno, podrían servir como un indicador fácil de monitorear del estado general de salud. Pacientes y médicos podrían usar estas alteraciones como señales de alerta temprana para detectar problemas subyacentes”, explicó Hassan Dashti, autor principal del estudio y nutricionista del Hospital General de Massachusetts.
Los investigadores subrayan la importancia de mantener rutinas consistentes de alimentación, ya que estas influyen directamente en los ritmos circadianos y, por tanto, en la salud general, especialmente en poblaciones envejecientes.